El italiano vivió este domingo en el Gran Premio de Portimao su última carrera con la marca japonesa, Yamaha. Su futuro se centrará ahora en el equipo satélite, aunque seguirá manteniendo su estatus de piloto de fábrica. La temporada de MotoGp se ha acabado, con un final atípico donde la ausencia de Marc Márquez ha sido esencial.
Con el final del campeonato, el final de algunos pilotos también ha llegado como es el caso de Valentino Rossi. Tras 15 años en Yamaha, llegó el momento de despedirse del equipo oficial que le dio todo, antes de cambiar a Petronas para la próxima temporada 2021/2022. El italiano llegó a MotoGp en el 2000, cuando aún existía la categoría de 500cc.
Estuvo en Honda cuatro años, logrando tres mundiales hasta que en 2004 aterrizó en Yamaha, quedándose allí hasta 2010. Posteriormente probó suerte en Ducati durante dos temporadas, pero no le fue nada bien ya que no obtuvo ninguna victoria en esos dos años. A esta experiencia que vivió le hemos de sumar el desgaste físico que vivió.
Valentino Rossi se despide del equipo que le ha dado todo.
Después de vivir esos dos años difíciles, la marca que le ayudó a ser quien es, Yamaha, le recibió con los brazos abiertos para volver a vivir juntos la experiencia de las carreras. Cuenta el italiano que a finales de 2021, cuando habló con Lin Jarvis y le dijo que volverían a estar juntos en la competición, fue un recuerdo imborrable para su vida.
Valentino Rossi siempre lo ha dicho, después de su desastre final con Ducati se sentía desesperado y si Yamaha no le hubiese aceptado para regresar, se habría retirado de las carreras y por eso, siempre, este hecho será esencial en su vida. Valentino y Yamaha, un matrimonio que llega a su fin pero que no acabará nunca.