First Dates comienza a ser conocido más por la gran diversidad de gente que acude que por la cantidad de relaciones fructuosas que surgen en el programa. Y es que siempre los programas más comentados no son en los que surge el amor, sino los más extravagantes y con los comensales más peculiares.
En esta ocasión acudió al restaurante de First Dates Ody, una cubana con las ideas muy claras. Con 47 años y una hija, los problemas de autoestima parecen ni siquiera haber aparecido en su vida, entrando al restaurante afirmando: “Honestamente, me considero una mujer guapa, que tengo un cuerpazo y lo trabajo”
Ody fue emparejada por el programa para cenare con Antonio, un hombre que nunca había llegado a conocer el amor. “Siempre he estado soltero porque soy una persona muy exigente conmigo mismo”, afirmaba. Partiendo de esta base, para comenzar, la cita no pintaba nada mal: dos personas con las cosas muy claras y muy exigentes con a quien dejan o no entrar en su vida.
Los calvos, los mejores en la cama según Ody
Tras la primera impresión, donde Ody dijo que “no le desagradan los calvos, ya que en España hay muchos”. “Me gustan los calvos porque dicen que en la cama son unos toros”, afirmó la dominicana. Tras esto, la cita parecía ir de bien en mejor, porque Antonio no tardó en reconocer su gusto por las chicas latinas. Una cosa llevó a la otra y la pareja acabó tomando el postre en privado, donde todo comenzó a fluir a ritmo de bachata.
A pesar de que Antonio intentó probar los labios de la dominicana, esta no estuvo por la labor a pesar de los bailes en los que reconoció que “había tratado de estar a la altura de las circunstancias". Independientemente de “la cobra”, Ody accedió a darle una segunda cita a Antonio, con quien sentía que “teniendo tantas cosas en común, les quedaba mucho por hablar". Por su parte, el barcelonés también quiso repetir cita con la dominicana “a pesar de la distancia”