Águeda buscaba una cita en First Dates con un hombre más joven tipo Maluma, el cual “le hace estremecer”, le gusta el olor a marihuana, está enganchada a Facebook y a las compras por Internet y le encanta leer las esquelas de los periódicos. Una señora fuera de lo común que abandonó los hábitos y los votos de clausura en el año 2006.
Cuando presentaron a su cita, Julián, un minero de 60 años, estas fueron sus primeras palabras. “Se llama como mi difunto. Qué casualidad” y después señaló que su físico no le había gustado. “No sé, yo me esperaba a alguien más joven. A mí me gusta Maluma, por ejemplo”, dijo refiriéndose a que esperaba otro tipo de hombre. Si bien es cierto que cuando salió del convento encontró el amor, hace unos años quedó viuda.
Julián le preguntó a Águeda en qué trabajaba, a lo que respondió: “Pues yo cobro una pensión de viudedad de pareja de hecho. O sea, en realidad he sido monja de clausura”. La respuesta de Julián no fue la que se esperaba: “Ah bueno, ¿lo has hecho porque has querido, el dejarlo? Entonces me parece bien”. La química entre la pareja surgió poco a poco.
Águeda: "Veo que no es un tío cualquiera"
Después de hablar con él un rato, la ex monja de clausura cambió la opinión sobre Julián. “La primera impresión no me ha gustado pero luego hablando con él pues sí. Yo lo veo un tío que no es un cualquiera, no sé cómo decirlo, me ha gustado la verdad” Aunque la opinión de Julián iba un paso en dirección contraria “Es que una persona con una vida tan apagada, acaba apagando a los demás”.
La sorpresa llegó con la decisión final de la pareja y Julián revelaba lo siguiente: "Yo Águeda, no tendría una segunda cita contigo. Es que eres una mujer muy tranquila, muy relajada. Te relajas mucho y la vida necesita más chispa, corazón”. La ex monja pamplonica volverá a su tierra sin haber encontrado a su hombre, pero siempre puede rezar para encontrar el nuevo amor de su vida.
