Mestalla sigue llenándose ante cada partido, pero cada jornada es un paso más hacia el abismo para el Valencia. Una plantilla abandonada por su dueño y presidente, cuya presencia fantasmal tiene harto al respetable valencianista, que ve cómo cada semana su club va, de manera imparable, de cabeza a Segunda División. No es una muerte anunciada, pues aún queda mucha tela por cortar, pero el panorama no es agradable. Plantilla mal confeccionada, desunión entre el equipo y la afición, manifestaciones en contra de la propiedad y un largo etcétera son el pan de cada día para los aficionados.
El respetable se agarra ahora a la épica y centenaria historia de su club para tratar de salvarse por lo bajo, aunque por entidad no les pertenece estar en su emplazamiento actual, ya que son uno de los equipos más grandes de todo el país. Sin ir más lejos, hace solo cuatro años ganaron la Copa del Rey al FC Barcelona por 1-2 en una de las grandes gestas actuales del equipo ché.
Lim nunca lo quiso
Meriton es un grupo peculiar a la par que desastroso (siendo amable) para un equipo de fútbol con una masa social y una historia enorme como es el club valencianista. Ficha poco y por poco dinero y tienen la plantilla y las instalaciones deportivas completamente abandonadas. Periodistas y afines al equipo ya no soportan más esta gestión ruinosa con la que sólo se lucra el presidente, que nunca valoró a Baraja como opción preferencial, ya que tenía en el radar a Vicente Moreno y a Nuno Espírito Santo, quien ya coincidió con el máximo mandatario al principio de su etapa.
Baraja, de aquí a junio de momento
El objetivo del entrenador vallisoletano es, obviamente, salvar al club de sus amores. La situación es difícil, aunque no imposible, ya que hay muchos equipos en pocos puntos. De igual forma, los de la capital del Turia deben sumar cuanto antes de tres en tres para conseguir sacar la cara y plantarse lo más lejos posible de los puestos de descenso a Segunda División.