Manuel Vizcaíno ha conseguido calmar las aguas en Cádiz tras una gestión más que criticada durante años. La incondicional masa social amarilla presionó para que llegaran los refuerzos que el equipo necesita y que finalmente acabaron haciéndolo a finales del mes de enero.
Sin embargo, el presidente no ha logrado deshacerse de los pleitos judiciales a los que lo convocó la Justicia, a la que acudió Quique Pina tras apartarlo de la gestión del club por riesgo de fuga, ya que había entrado en prisión debido a una investigación de blanqueo de capitales. Para sorpresa del presidente sevillano, su predecesor fue declarado inocente y no dudará en recuperar, al menos en parte, lo que era suyo.
Un proceso judicial largo y sin resolver
La Justicia aún no ha dado la razón ni el veredicto final al caso, por lo que ambos se citan cada cierto tiempo en los juzgados para tratar de acabar con un caso que no hace bien a nadie y que, de demorarse, en un futuro podría afectar a un club que lucha por mantenerse temporada tras temporada, y que aunque las vibras son buenas, mejor mantener el cauce por donde debe estar.
La afición, expectante
El presidente y la afición tienen una relación complicada. El Cádiz va a cumplir, si se salva, su cuarta temporada consecutiva en Primera División con un gasto inferior a los 50 millones de euros ¡en cuatro temporadas! Es por eso que la afición no se cansa de pedir al máximo mandatario que invierta en el equipo para así poder crecer y poder ser más ambiciosos de cara al futuro próximo.