Si bien es cierto que Sergio Busquets es una institución del FC Barcelona, algo que le viene de familia (su padre fue portero del club), su carrera podría estar llegando a su fin: Tiene 34 años y no posee un recambio de garantías en la plantilla.
Aunque su situación es la que es, lo más probable es que siga un año más, pero la Junta Directiva es consciente de la carencia que posee el club en esa demarcación y la urgencia por resolverla, y es por eso que ya se han movido en busca de objetivos.
Marcelo Brozović, un viejo deseo
El centrocampista de 30 años, clave en el esquema de Inzaghi y de Croacia, es el objetivo culé, que ya lo quiso en el pasado. Escudero de Barella, Mkhitaryan, Çalhanoğlu y compañía, está curtido en mil batallas europeas, aunque tiene contrato, por lo que habría que negociar con los nerazzurri.
El Inter, que buscaba atacante, negoció con los culés en el pasado por Memphis Depay a cambio de Brozović y dinero, pero no se llegó a un acuerdo y el jugador se terminó quedando.
Sin despilfarrar ni un céntimo
La delicada situación económica de los catalanes hace que no puedan realizar grandes esfuerzos económicos de cara al mercado, por lo que tendrán que optar por otras fórmulas, como los trueques.
El sacrificado para el intercambio podría ser Kessié, que no es titular indiscutible, aunque a Xavi le gusta tener ese perfil en la plantilla.