El Bernabéu tiene en Marco Asensio a uno de los mejores futbolistas del fútbol español. Sus prometedores inicios en el Mallorca y la definitiva explosión en el Espanyol le llevaron al club blanco. Siete temporadas después puede presumir, entre otros logros, de tres campeonatos de Liga y tres Champions League, llegando a marcar el último gol en la final contra la Juventus de Cardiff en 2017. Con la Selección destacan su dos participaciones Mundiales y la plata olímpica en los Juegos de Tokio, donde fue una de las piezas clave del combinado nacional.
Su pasión por el fútbol proviene de su padre Gilberto, también futbolista. Comenzó en las categorías inferiores del Barakaldo y pasó por Basurto y Erandio. Gilberto era un gran forofo del Athletic de Bilbao y guarda en su retina aquella final del Trofeo De Hierro de San Mamés que jugó en 1978. Sin embargo, ante la falta de oportunidades, tuvo que llevarse su sentimiento bilbaíno a Mallorca, donde comenzó a trabajar en la hostelería. Allí conoció a una holandesa, madre de Igor y Marco, a los que transmitió su pasión por el Athletic. De hecho, Igor tiene aún su habitación llena de pósters del Athletic.
Gilberto era un mediapunta hábil y versátil que se movía por todo el campo, al igual que su hijo Marco. El portero del Basurto, Piñal, lo recuerda como un futbolista muy talentoso con movilidad y habilidades técnicas, similar a las de Marco. Gilberto pasó dos años en el equipo y era valorado por ser una persona amable y discreta, que no causaba problemas. Gilberto pasó dos años en el equipo y era valorado por ser una persona amable y discreta, que no causaba problemas. Al principio tuvo dificultades debido a su falta de fluidez en el idioma vasco, ya que hablaba alemán de forma nativa, puesto se había criado en la ciudad germana de Essen.
Fichaje frustrado de Asensio por el Athletic
Cuando Marco fue fichado por el Mallorca, su agente ofreció sus servicios al Athletic Club debido a la afición de la familia por el equipo. Sin embargo, Gilberto quedó decepcionado cuando Amorrortu, el director deportivo en ese momento, les dijo que no encajaba en la filosofía del club. La sangre vasca no era suficiente, mientras que la formación en La Rioja sí lo era. Gilberto aún tenía la ilusión de que Marco jugara en el Athletic, pero se sintió agradecido con el Real Madrid, donde finalmente fichó su hijo.
El mismo día de la presentación de Asensio como nuevo jugador del Real Madrid, Gilberto se atrevió a decir esto: "Yo intentaba que fuese del Athletic, pero él iba a todos los lados con la camiseta del Real Madrid".